The Economist destaca la gestión y el ascenso de Omar García Harfuch

La revista británica The Economist ha captado la atención internacional al calificar a Omar García Harfuch, actual secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de México, como el “mejor ministro de Seguridad que ha tenido el país en años”.

La publicación resalta que, bajo la administración de la presidenta Claudia SheinbaumHarfuch ha implementado una estrategia basada en la inteligencia y el control civil, logrando una reducción en la tasa de homicidios para el cierre de 2025.

The Economist destaca que García Harfuch representa una mejora sustancial frente a figuras como Genaro García Luna, quien fue sentenciado en Estados Unidos por vínculos con el Cártel de Sinaloa.

Señala su “resiliencia” tras sobrevivir a un atentado en 2020 y su enfoque operativo lo que le ha valido el apodo del «Batman mexicano» entre diversos sectores.

El diario destaca que la eficacia de García Harfuch radica en un modelo que ya probó con éxito en la Ciudad de México, donde redujo los homicidios en un 40%. Menciona que a diferencia de administraciones pasadas, su enfoque no se centra únicamente en la captura de grandes capos, sino en la desarticulación de células locales y el fortalecimiento de la policía de investigación.

Esta metodología le ha otorgado una credibilidad inusual ante la administración de Donald Trump en Estados Unidos, destaca el rotativo.

Sin embargo, también mantiene una postura crítica frente a los obstáculos que enfrenta el funcionario. Aunque los homicidios han bajado, delitos como la extorsión y las desapariciones continúan al alza, y el presupuesto para seguridad en 2026 muestra una reducción significativa.

La publicación señala que Harfuch debe lidiar con el peso de su historia familiar, vinculada a figuras del antiguo régimen priista, y cuestionamientos previos sobre el caso Ayotzinapa, aunque él ha negado cualquier participación operativa en la construcción de la llamada “verdad histórica”.

The Economist indica que el desempeño de García Harfuch lo proyecta inevitablemente hacia la sucesión presidencial de 2030. Su perfil, descrito como el de un “tecnócrata con disciplina” y sin tintes populistas, lo diferencia de otros actores dentro del partido Morena.

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